Los Días Del Hospital

Fueron días duros, pero pasaron como todo lo que pasa y nos pasa por encima como un huracán. Después de aquellos días entendimos muchas cosas y crecimos en muchos sentidos. No hay duda.

1/10/2007

Carta 3. Día 3.

Viernes 23 de agosto del 2002


9: 30 pm:

Hace un rato me sonreíste, más tardito me miraste con amor. Yo no quepo en mi en esos momentos, aunque a ratos sé que te sentís tan pero tan mal que no querés ver ni oír a nadie ni nada te importa.

Me alivia montones saber que mañana vendrá Dimitri y espero te pueda ayudar con la respiración, las emociones y el dolor.

Este ahogo que decís sentís...qué angustioso, mi amor...

Todos los exámenes apuntan a que vas evolucionando, pero estás desesperado porque decís que sentís que te ahogás.

Es terrible verte así, pero como dice el doctor, el solo hecho de que estés hablando y de que te estés quejando con tanta elocuencia es buen síntoma. Te van a llevar a tomarte unas placas del tórax, para ver...

5 Comments:

At 11:08 a. m., Anonymous Anónimo said...

Julia:
siempre recuerdo eso con nitidez... los miles de exámenes, buscando, contradiciendo, haciendonos aterrizar después de días que creíamos buenos...

desde una esquina del mundo...

@

 
At 4:09 p. m., Blogger analu said...

Que cansado debe ser todo ese proceso... extenuante...

 
At 9:24 p. m., Blogger Julia Ardón said...

Realmente no se juzga, Analú. No hay tiempo para eso, ni siquiera para cansarse..¿ verdad Alita? Solo se enfrenta, se vive el día a día y ahí vas...volando como por instrumentos...

 
At 12:35 p. m., Blogger analu said...

Pues según lo que cuenta mami no había tiempo de mucho sin duda, pero al final de eso, cuando murió papi, ahí sin duda le cayó todo el peso del tiempo encima, y es a lo que me refiero.

De todos modos uno se aferra a la esperanza... a pensar que las cosas van a salir bien, es humano y es lógico... y cuando te llevás golpes por más que estés ahí, saliendo, avanzando, tratando de mantenerte fuerte... no dudo que en la soledad y el silencio hayan esos momentos duros que me imagino.

Por más fuerte que seas, hay momentos donde sos vulnerable como cualquiera.

 
At 1:16 p. m., Blogger Julia Ardón said...

Después de haber pasado por todo esto que pasé, el tema de los cuidadores o más bien "cuidadoras" ( porque la mayoría de las veces somos mujeres) de los enfermos, ya sea en las casas u hospitales, me interesó muchísimo.
Leí mucho al respecto.
La cuidadora se deprime, se cansa, se le anula la vida...si nadie a su vez le ayuda a ella para que se pueda cuidar.
En mi caso no me descuidé. Tenía detrás a una familia hermosísima que me apoyó y una psicóloga cariñosa, constante, accesible, así como un médico, el que aquí se llama Dimitri, que cada vez que fue a ver a Víctor siempre también me veía a mi y me llevaba cositas: flores de bach, homeopatía...con él siempre pude hablar..

Lei mucho también para estar enterada, informarme, saber...

Nunca descuidemos un enfermo ni una enferma, pero tampoco a quien lo cuida. Nunca dejemos sola a esa persona. Además: es vital que esté bien para que nuestro enfermo esté bien atendido.

 

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