Los Días Del Hospital

Fueron días duros, pero pasaron como todo lo que pasa y nos pasa por encima como un huracán. Después de aquellos días entendimos muchas cosas y crecimos en muchos sentidos. No hay duda.

1/16/2007

Carta 5. Día 5.

Domingo 25 de agosto

12: 45 am

Está todo oscuro. Es pasada la medianoche.
Me decís que no te sentís bien. Estamos solos en este cuarto frío.
¿ Cómo te vas a sentir bien si no hace ni 24 horas que te reconstruyeron todo el aparato digestivo? ¿ O más bien te lo construyeron distinto? Bueno..eso. Si tus pulmones no hace ni 24 horas estaban conectados a un respirador artificial, si apenas están volviendo a empezar a respirar con la ayuda del oxígeno de la manguera, si tenés una herida en todo el abdomen y quén sabe ni cuántas puntadas y remiendos por dentro?

¿ Cómo no vas a tener sed si tenés más de 24 horas de no tomar agua y más de 48 horas de no comer nada sólido?

No podés sentirte bien, mi amor. Pero vas muy bien, vas avanzando, vas avanzando, yo te veo a los ojos y te cojo las manos y quisiera decirte cada minuto que te quiero y que te comprendo.

Pienso en todo el dolor que he visto en este hospital, en todo el sufrimiento, en toda la lucha de tantos médicos, doctores, enfermeras, enfermos y enfermas tratando de ganarle a la vida pedacitos de alegría y optimismo y entonces toda esta actividad de tanta gente se me hace heroica y me empequeñece y empequeñece tantas, tantísimas cosas, amor...

Pienso en Luis, en su carita cuando te vea, en su pelillo loco y desordenado, en la serenidad de Marcos, en los abrazos que nos hemos dado, en todo este proceso de comunión alrededor de tu amor y lo que significás en nuestras vidas.

Te quiero, negrito.

Te veo descansar un poco, siento que te estás aliviando...te digo que te quejés si te alivia quejarte, pero te quejás poco, sos muy tranquilo y muy valiente, realmente.

Siempre te he admirado mucho. Ahora más que nunca. Estás grande, mi amor. Qué grande que estás.

Yo en cambio, estoy con miedo, pero no te lo digo.

8 Comments:

At 12:07 p. m., Anonymous Anónimo said...

miedo, el miedo solo me paralizó una vez... el día que confirmaron el diagnostico, el camino y el final.
fueron 10 minutos, solo 10 minutos, mil pasos entre la consulta medica y la farmacia en que pensé que me moriría cuando ella (mi madre) me preguntara que había dicho su médico, que aconsejaba.
ella el día anterior había decidido dejar el tratamiento, lo converso con mi padre y luego con sus 2 hijos (yo y mi hermano)pero x separado, ella solo nos contó su decision, decisión que yo asumí.
pero días despues me golpeó finalmente la realidad y ese día el miedo se hizo presente...

 
At 12:52 p. m., Blogger Julia Ardón said...

ACá estamos, alita, para acompañarnos.
Todo lo que podamos.

 
At 1:33 p. m., Anonymous Anónimo said...

El miedo paraliza, siempre lo ha hecho. Cuánto miedo genera una enfermedad? Cuánto miedo le genera al moribundo no su trance a lo desconocido sino el futuro de quienes quedan? Cuánto miedo el recién nacido ha de tener cuando abre los ojos, lo nalguean y hay cosas brillantes por todo lado?

Cuánto miedo.....y cómo controlarlo cuando pareciera querer ganar las batallas....pero .....sin nosotros el miedo desaparece, como cualquier parásito que no vive sin su fuente de vida......

 
At 3:54 p. m., Anonymous Anónimo said...

julia:
decidí copiar en parte tu idea, estoy haciendo el seguimiento de estos sentimientos que aún me acompañan...para poder exorcizarlos... paso a paso...

@

 
At 4:01 p. m., Blogger Julia Ardón said...

Qué maravilla, alita, que nos sirva a ambas la experiencia. Qué maravilla.
Gracias.

Gracias, Mariela. Te quiero mucho.

 
At 5:46 p. m., Blogger Solentiname said...

Julia, admiro tu valentía de reproducir esto y sobre todo el gran amor que se nota en cada una de las cartas. El otro día escuché, en una película para niños que si uno ha perdido a alguien, sabe lo que se siente. Si no lo ha perdido, no se lo imagina. Yo sé lo que se siente. Y lo leo en tus palabras. También leo la serenidad, y eso me da esperanza.

 
At 9:11 a. m., Blogger Julia Ardón said...

Gracias por leer Sole.
¿ sabés?
Es que nadie ni nada es tan especial. Lo que nos pasa siempre es muy parecido, y cuando se comparte, se desarrollan confianzas, complicidades...solidaridad...en fin: alivio, sentimiento de grupo, de comunidad, afinidades...y a eso vinimos al mundo..¿ si no a qué?

 
At 4:46 p. m., Blogger BELMAR said...

Me encontrè con cosas interesantes expedicionando entre tu gran cúmulo de blogs...!!!

 

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